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GIGANTES, TITANES o CICLOPES  
 

En su artículo Tierra de Titanes, don Luis Anglada Font, prestigioso investigador y escritor sobre el fenómeno Ovni, nos habla de tiempos remotos donde los gigantes habitaban la Tierra. ¿Existieron realmente..?

Por espacio de muchos siglos se ha insistido en creer que la “Ilíada” y la "Odisea" de Homero eran leyendas fantásticas o "cuentos" sin ningún valor intrínseco para la historia, y ello porque los episodios de sus magníficos cantos dan sensación de algo irreal frente al antropocentrismo de todos los tiempos. Sin embargo, no hubiéramos debido olvidar que en su época otras obras maestras, no pudieron ser escritas con el fin de distraer a sus contemporáneos por cuanto en aquel entonces, los “cuentos" ideados por nuestra creciente intelectualidad no existían de manera que, puede afirmarse resueltamente que se trata de relatos históricos que ocurrieron realmente en otras épocas.

En los últimos cincuenta años las observaciones han demostrado positivamente toda la realidad que encierran en sí muchas leyendas. Actualmente, empezamos a admitir la posibilidad de que existan sucesos inimaginables ocultos tras las páginas de muchas tradiciones que por su "fantasía" fueron descartadas como "ficciones mitológicas" increíbles. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en el descubrimiento que realizaron varios arqueólogos rusos investigando en la región de Poltava (Ucrania). Dirigiéndose por antiguas referencias mitológicas desenterraron una gran ciudad Escita de 9.000 años de antigüedad. Se trata de la ciudad de Gelón, precisamente mencionada por el historiador griego Heródoto, la cual, como en el caso de las obras de Homero y otros sabios de la antigüedad. se creía inexistente y fruto de los desvaríos de Herodoto, a quien sin embargo Cicerón llamó con toda justicia "Padre de la Historia".

Aparte de esto, cabe decir qué los acontecimientos actuales nos están dando la pauta de la realidad de los tan difamados dioses homéricos, por cuanto los autores de estas extraordinarias y hasta el presente increíbles aventuras, los tenemos nuevamente sobre nuestros cielos, no ya en plan de dioses, sino visto en un plano más moderno, puesto de relieve por el desarrollo intelectual de nuestra época. Realmente, la similitud existente entre mitos, fábulas, leyendas y el folklore del mundo entero, todo ello tan relacionado con los extraordinarios sucesos que estamos viviendo, debieran habernos abierto los ojos, dando entrada a una revisión completísima de todo cuanto sabemos -que es muy poco- referente a la antigüedad más remota, y a los textos que nos fueron legados.
Entre estos sucesos, está el caso de los "Gigantes" llamados "Titanes" o "Cíclopes, que todo parece demostrar provenían de los espacios siderales. Al entrar en esta materia conviene destacar asimismo que los remotos acontecimientos plasmados en las páginas del folklore mundial parecen demostrar que ligados a estos "Gigantes" existieron otras razas de procedencia estelar que, mancomunados, se rebelaron unánimemente contra los dictados de una imposición de otras razas cósmicas que debieron parecerles intolerables. Una de estas alusiones la encontramos en la mención bíblica de la “Rebelión de los Ángeles”.

GIGANTES: NUESTROS DIOSES
A esta altura de nuestras declaraciones se impone el planeamiento de un Interrogante: ¿Quiénes fueron los Titanes y de dónde vinieron?

Digamos de inmediato que, momentáneamente este es un enigma que no estamos en condiciones de develar, y sólo nos es posible ofrecer hipótesis. Sin embargo, estas están identificadas con antiguos textos, cuyas bases documentales no se pueden ignorar. Por lo pronto, existen pruebas más que suficientes para atestiguar la presencia y permanencia de estos gigantes en la Tierra, en una época en que nuestras razas existían en un nivel casi animal.

Algunas hipótesis sugieren que estos seres llegaron del espacio exterior desde un mundo que probablemente se encontraba en vías de extinción. Su emigración pudo ser ocasionada por condiciones de vida intolerables, propias de un planeta moribundo, tal vez destinado a sufrir una catástrofe cuyos moradores no podían evitar. Es posible que se vieran obligados a vivir casi permanentemente bajo tierra. Esta podría ser la razón por la cual les resultara tan fácil no sólo perforar nuestro subsuelo hasta profundidades increíbles sino también taladrar piedra, ensamblarla y encuadrarla con una perfección jamás igualada, ni siquiera por todo el arsenal de máquinas de nuestra técnica contemporánea. También es necesario expresar la facilidad con que manejaban pesos de millones de kilos, factor que trasciende a través de todas las grandes obras pétreas que se conocen en la Tierra y que a menudo muy a la ligera, conferimos su construcción a nuestras primitivas razas.

Una prueba indescartable de lo erróneo de esta presunción, estriba en el hecho de que la mayoría de estas obras no fueron terminadas y no puede subsistir duda alguna de que si hubieran sido construidas por nuestros antepasados estarían finalizadas. Así, tanto en las milenarias obras de Baalbeck, Isla de Pascua, Pirámides Mexicanas y otras, éstas quedaron truncas y jamás han sido concluidas, lo que demuestra palpablemente que una vez los verdaderos constructores alejados o “exterminados” de la superficie de la Tierra, nuestros antepasados se vieron incapaces con su primitiva técnica de llevarlo a buen término y en consecuencia quedaron tal cual nosotros las hemos conocido siempre con el enigma que se encierra en su inconclusión.  
La elevada estatura de estos seres pudo ser debida, a raíz de que en su origen habitaran uno o varios mundos cuya fuerza de gravedad fuera bastante inferior a la de la Tierra. Algunos estudiosos del tema se aventuran a sugerir la posibilidad de que estos planetas gravitaran en el espacio entre Marte y Júpiter, donde actualmente existe un vasto cinturón de asteroides que la misma ciencia admite que puede tratarse de los restos de antiguas masas planetarias, que hicieron explosión.  
Siguiendo el curso de nuestras hipótesis, parecería probable que los gigantes emigraran de sus mundos antes de que ocurriera la catástrofe, tanto si ésta fue de carácter natural -cosa que parece poco probable- como si fue de índole artificial.

DESTRUCCIÓN CÓSMICA
La lógica parecería demostrar que estos gigantes ya debían conocer nuestro planeta y que una vez llegados se instalaron como amos y señores, tardando poco en imponerse como "dioses" sobre nuestras razas gracias al gran adelanto técnico-científico que poseían.

Algunos deducen que el predominio de estos gigantes sobre nuestras razas debió durar poco debido a la mayor gravedad nuestro planeta a la que ellos no estaban acostumbrados. Siendo esta una de las causas de su degeneración y extincion concluyen especulando, que, los pocos sobrevivientes que quedaron, para remediar este inconveniente, se ocultaron en cavernas subterráneas a gran profundidad bajo tierra, donde la gravedad no era tan poderosa. Personalmente, estoy de acuerdo en admitir la verosimilitud de estas hipótesis, pero no así en lo que se refiere a la causa de su extinción, porque entiendo que está en flagrante contradicción con la lógica de los acontecimientos. Estas causas deben ser, sin duda, de un carácter más radical, como por ejemplo: UNA GUERRA CRUENTISIMA.

Una de las bases que sustenta mi teoría referente a la exterminación de los Titanes, consiste en que las ya mencionadas obras pétreas sin terminar, determinarían por sí solas que no se trato de una decadencia racial. pues en este caso, esta se hubiera consumado progresivamente a través de los siglos y estas obras pétreas dan fe de un abandono total e instantáneo. Por ejemplo, una de las monumentales estatuas de la Isla de Pascua yace aún en su cantera a medio terminar, con un peso que debe ser espantoso. Tampoco las Pirámides de México fueron concluidas y en Baalbeck, la piedra más grande de aquel "titanesco conjunto" de los templos, yace aun aguardando en la cantera, encuadrada, terminada y lista para ser conducida al lugar que se le asignó de antemano, pero desde entonces jamás ha sido trasladada probablemente por falta de medios para acarrearla. De todos estos sucesos, solo puede deducirse que existió “una alarma súbita”, una catástrofe sin precedentes que se abatió sobre estas razas sin que tuvieran tiempo para reaccionar y organizar una defensa en regla. La lógica nos demuestra que debió tratarse de una “exterminación  en masa y desde el aire” que interesó particularmente a los gigantes, ya que fue en el caso de haberse tratado de una catástrofe general de origen natural, esta hubiera exterminado a toda cosa viviente y con mayor razón a nuestras razas que físicamente eran mucho más débiles. Este acontecimiento implica una exterminación científicamente dirigida por cerebros adelantados. Si hubo sobrevivientes, estos podrían haberse salvado internándose en profundos subterráneos, hecho del cual nos hablan muchas tradiciones. Es posible que ciertos núcleos desbaratados de estos seres subsistieran en condiciones primarias, perdida la razón o “la memoria” en diversos lugares del Medio Oriente, Centro y Norte de Europa, que como es fácil advertir en la Biblia, Jehová se encargo en varas ocasiones de completar su exterminación.
Los cadáveres de estos gigantes han sido encontrados en todas partes del mundo. En Turia (Asam). En Grecia, en Ceilán y en toda la Polinesia, los restos humanos de más de cuatro metros de altura son muy abundantes y se encuentra a poca profundidad. Se dice que cerca del Lago Titicaca, se hallaron restos humanos gigantescos, y también en el Perú, en la Punta de Santa Helena, se encontraron huesos de gigantes humanos en la época de la Conquista Española (Diego Trujillo). Por lo demás, las proezas de estos seres han quedado registradas en todas la mitologías del Orbe. De manera que existen suficientes pruebas para atestiguar la existencia no solo de estos colosos, sino también  la de pequeños seres enanos muy poderosos que están íntimamente relacionados con los sucesos que atañen a los titanes.
Ya hace tiempo, en Escocia, se descubrieron una serie de pequeños ataúdes con los restos de seres que, por su constitución física general –cráneo muy desarrollado- se cree puedan pertenecer a seres del espacio exterior, cuya muerte se remontaría a más de 14.000 años de antigüedad. En el año 1965, entre la frontera de Tibet y China, en la región de Balan-Hara-Oula, se descubrieron cavernas, donde entre otras cosas incomprensibles para nuestra ciencia, se hallaron tumbas cuyo origen se remonta a un mínimo de 12.000 años. También estas tumbas contenían los restos de enigmáticos seres de pequeña talla con un cráneo desproporcionado. No es necesario insistir sobre el hecho de que estas características físicas son exactamente iguales a la de cierta raza interestelar que nos visita actualmente, y de la que también nos hablan los mitos y leyendas del folklore mundial.

EN EL PASADO LA VERDAD
Volviendo a la hipotética guerra entre extraterrestres, en la cual participaron los titanes son numerosísimas las referencias que podríamos citar, por falta de espacio nos ocuparemos de unas pocas:
Hesíodo, uno de los autores griegos de la antigüedad escribió acerca de cuatro edades y cuatro generaciones de hombres que fueron destruidos "POR LA IRA DE LOS DIOSES PLANETARIOS". Tradiciones análogas sobre las cuatro edades transcurridas, persisten en las playas del Mar de Bengala y en las altiplanicies del Tibet (la edad presente seria la quinta).
Otra antigua tradición de las edades desaparecidas del mundo se encontró en América entre los Incas, Aztecas y Mayas. La mayoría de las Inscripciones de los monumentos hallados en el Yucatán se refieren a catástrofes mundiales que repetidamente y a intervalos, sacudieron ferozmente el continente y de las cuales todas las naciones han conservado memoria más o menos profunda y clara.

En las crónicas del imperio mexicano puede leerse: "Los antiguos sabían que antes que se formara la Tierra y el firmamento actual, YA EL HOMBRE HABIA SIDO CREADO Y LA VIDA SE MANIFESTO POR CUATRO VECES (Brasseur). Las mismas tradiciones de creaciones y catástrofes alternadas se encontraron en Hawai (Pacífico) y en las Islas de la Polinesia: "Hubo nueve edades y en cada una un cielo diferente se extendía por encima de la Tierra (R. W. Williamson). También los islandeses creen que nueve mundos se desplomaron sucesivamente a través de las edades, tradición contenida en las "Edda" (H. A. Ballows).
Todas estas edades dispares que se mencionan referente a catástrofes parecerían demostrar que no se trató de hechos proyectados por leyes naturales e inmutables. En principio, se advierte una conexión entre todas estas cosmogonías y nuestras precipitadas hipótesis. Aparte de esto se nos señala que los indígenas americanos estaban informados del Diluvio y de la presencia de los Dioses Gigantes. En cuanto menos, estos son los hechos que no pueden ignorarse y que nos causan asombro en nuestros días.
Mucho es lo que podemos hablar o escribir sobre este toma internándonos en el campo de lo desconocido, sintetizando diremos que los gigantes llamados "Titanes" existieron y poblaron la Tierra desarrollando una portentosa civilización, y no eran originarios del planeta. Otras razas estelares entraron en contacto con ellos y luego de cruentísimas guerras los destruyeron, y abandonaron nuestro mundo. Pero parece que en la actualidad los “Señores de la Faz Resplandeciente” han regresado dibujando "extrañas marcas en el cielo". Los "carros de fuego" nuevamente están entre nosotros ¿Regresan los Cíclopes? ¿Qué es lo que ocurrirá en un próximo devenir?.

LUIS ANGLADA FONT
Revista 2001 - nº21 – Abril de 1970