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OVNIS EN PUNTA INDIO

por (RE) HUGO A. FRONTROTH

¿Alguna vez te conté sobre los OVNIS de Punta Indio...?

Paso a recordar la secuencia de acontecimientos que llevaron al conocimiento de que "algo raro pasa en Pindio". Allá por el 1962/63 se instaló en la Torre de Control el GCA (Ground Control Approach) para la pista nueva, amén del grupo de luces de cabecera (Flash).
La instalación, control y posterior empleo del nuevo chiche estuvo a cargo del Taller de Electrónica de Punta Indio (TEPI), con la ayuda del suboficial González Desseff, que ya había trabajado en la instalación de un equipo similar en Cte. Espora. Así las cosas había que probar el equipo y calibrarlo y , simultáneamente, adiestrar a los nuevos operadores GCA.
Me presté voluntario para volar un N.A. o un Beechcraft (C-459 y, con amplia visibilidad, se fueron limando las asperezas y afinando la puntería. Por ejemplo: al principio el avión terminaba "aterrizando" media pista afuera de la real. Pero con pruebas sucesivas las cosas se encajonaron de tal manera que el operador cantaba el momento del toque justo cuando "cantaban" las ruedas sobre el pavimento. Esto es importantísimo para los pilotos que luego han de fiarse de las órdenes del operador GCA para que los traiga a la pista en medio de la "sopa".
Aparte de la práctica en la pista había que identificar puntos notable fijos que aparecían en el radar: un molino y una casa al norte, las chimeneas de la fábrica de Pipinas y... otras cosas que a veces aparecían y otras no. Es más cuando el operador me ponía sobre un punto que aparecía en la pantalla me preguntaba que había debajo mío... NO HABIA NADA. Esto ocurría particularmente en la zona lacustre hacia el Sudoeste de la Base. Como había lugares en el campo aptos para aterrizaje hasta suponíamos que pudieran ser pequeños aeroplanos con contrabando,... pero no había tal avión.
Como la doctrina imponía que se hiciera algo así como 100 aterrizajes de práctica antes de utilizar el equipo en condiciones reales de "mínimos instrumentales", nos dedicamos de lleno a cumplir con lo requerido. Cada vez con mayor precisión y seguridad tanto en tierra como en el avión, fuimos haciendo variaciones en la dirección de las aproximaciones y las pistas en uso, así como en la velocidad del avión –con los 90 nudos para el N.A. o C-45 hasta simular DC3 con 120 o un jet con 150/160, sólo que para este caso la aproximación era con tren adentro y pleno motor del N.A. Había que avisar previamente a la Torre de Control porque si no se armaba un pandemónium en la misma con el operador saliendo al balcón, tirando bengalas y gritando exquisiteces al avión que venía al aterrizaje sin tren abajo.
Durante estas prácticas el operador del GCA veía que "los puntos móviles no identificados" se acercaban al avión en algunas ocasiones y lo seguían por unos instantes, luego "perderían interés" digo yo? Una vez o dos siguieron al avión hasta la proximación final y aparecían también en la pendiente, con lo cual teníamos enfilación –arriba/abajo, derecha/izquierda y distancia. Es indudable que algo había, pues el eco radar era preciso, fuerte y claro. En una aproximación el operador me dijo que me seguía un eco a lo cual contesté: "invítalo a aterrizar". No nos prestó atención y nada vimos.
En otra ocasión, un poco cansado de hacer siempre lo mismo y para enfriar un poco el motor, porque la pendiente había que hacerla con motor y a relativamente baja velocidad, trepé hasta unos 8.000 pies. Ante esta maniobra insólita para lo que estábamos practicando, se destacó un OVNI de la región Sudoeste y se acercó al avión; debo dejar aclarado que las aproximaciones de este tipo se hacían cruzando toda la pantalla radar en un par de búsqueda, da unas 40 millas de radio de alcance del radar de búsqueda, dá unas 40 millas por segundo o sea 144.000 millas por hora.
De la misma manera que arrancaban también se detenían al lado del avión y lo escoltaban por unos segundos y después desaparecían; a veces elevando la antena radar hasta unos 30º aparecían a alturas increíbles, por radar 40 ó 50.000 pies. En este caso, le dije al operador que me apuntara hacia el OVNI y cada vez que lo iba a embestir, el OVNI se movía a un costado o se ponía detrás, yo ponía vuelo nivelado y de inmediato el OVNI se ubicaba en el costado. Otro ataque y siempre lo mismo. Por fin dimos por terminado el juego y volví a la Base a terminar el trabajo, el Ovni desapareció. Demás está decir que nunca ví nada. Si leían nuestros pensamientos, deben haber interpretado que quería comunicarme con ellos, porque eso tenía in mente cuando hacía el "combate" con el OVNI.
Había en el Servicio de Inteligencia Naval (SIN) un oficial Jefe que se preocupaba por el fenómeno OVNI y a él recurrí para contarle lo que nos pasaba en Pindio. Se programó una visita a la Base y apareció con otros técnicos y varias cajas. Observó lo que se veía en el radar y luego, en la posibilidad que hubiera una falla en la pantalla, cambió el tubo de la misma- que traían en una de las cajas misteriosas. Resultado: donde antes habían visto tres OVNI ahora veían cuatro o cinco.
Los mismos resultados de siempre se obtuvieron con las maniobras realizadas por un avión N.A. al cual se envió a interceptar a tres Ovnis. El piloto no sabía que tenía delante y en trepada saló de dentro de una nube. Estaba frente a los tres pero en este caso informó que veía una luz a la derecha, que luego se perdió. Todo esto salió publicado más adelante en una revista, con un poco de aderezo periodístico pero en esencia lo mismo que hemos relatado.
Hicimos un cuaderno de registro con "avistajes" OVNI: fecha, hora, rumbo, cantidad; el librito debe estar en algún lado si no lo tiraron. No sé si siguen viendo ecos en el radar y ya sean tan comunes que nadie les dá importancia.
Nunca nadie vio nada concreto en el terreno o sea fuera de la pantalla; excepto la noche del 9 de julio de 1963, cuando con varios oficiales del Ejército y de la Armada estábamos al pié de la torre de control esperando un avión, vimos una luz muy intensa que se desplazaba a gran velocidad por el medio del Río de La Plata. A la velocidad que se movía, no había ni un jet que lo pudiese hacer; además la luz que vimos era como la de un faro de aterrizaje, cosa que hubiéramos dejado de ver si el "avión" hubiera seguido viaje como lo hizo hacia el sudeste. En cambio ésta permaneció intensa todo el tiempo y se perdió de golpe entre las nubes (cielo cubierto 8/8, plafond unos 3/ 4 mil pies).
Quede este cuentito como el inicio de los OVNIS en Punta Indio. Si alguien más tiene testimonios que agregar que se arrime al pañol de los recuerdos.

NOTA: la revista que menciono es Panorama de septiembre de 1967, pag. 67


Fuente:
Revista Mach-1 - AÑO VI - Nº28 - Pag.40/41 (Mayo-Junio-Julio 1990)