ASTRONAUTAS y OVNIS |
Revista 2001 - nº6 - Diciembre de 1968 |
"No
creo en cuentos de hadas, pero en lo que a mí concierne, ha habido
lejos, muchos ejemplos inexplicables de objetos voladores no
Identificados vistos alrededor de la Tierra como para descartar la
posibilidad de que cierta forma de vida inteligente exista más allá de
nuestro propio mundo.." Astronauta GORDON COOPER |
Control de Tierra:
"¿Está
mirando todavía esa cosa rara?" McDivitt: "No, la perdí de vista. Tenía como dos
brazos largos que se proyectaban hacia afuera, la pude ver apenas unos
instantes. Conseguí tomarle un par de enfoques con la filmadora y después
lo fotografié con la cámara fija. Pero en ese momento estábamos
flotando al azar y antes de que pudiera retomar el control quedamos al
Sol, y lo perdí de vista...". Esa mismo noche, momentos antes
de que la Cápsula Géminis IV pasara sobre Nairobi, en Kenia, el cielo
se vio iluminado durante seis minutos por un extraño objeto celeste. La
luz, de origen desconocido se desplazó siguiendo una órbita perfecta a
través del recorrido que haría minutos más tarde la cápsula, y súbitamente
desapareció. El corresponsal de la
agencia soviética Tass, en Nueva York, comentó vivamente los
avistamientos efectuados desde la Géminis IV, el 11 de junio de 1965, y
especialmente el hecho de que los laboratorios oficiales informaron que
en las películas tomadas por McDivitt no aparece imagen alguna en apoyo
de sus declaraciones. "El espacio -dijo la agencia TASS- ha sido
poco estudiado y los posibilidades de error no pueden ser excluidas.
Pero McDivitt es un fotógrafo experto. Por lo tanto, ¿dónde están
las imágenes del objeto no identificado?. En la NASA los funcionarios
se limitaron a encogerse de hombros. En el Centro Espacial de Houston se
dijo que podría tratarse del satélite norteamericano Pegaso II. En el
Pentágono se respondió a los periodistas con un "no
comment". Ninguno de estos tres organismos ha podido, o mejor, no
ha querido responder a la pregunta. ¿Qué vio realmente McDivitt
desde su astronave?. Bastante tiempo después la
NASA distribuyó una fotografía presumiblemente obtenida en la Géminis
IV. Una mancha ovoidal se destaca nítidamente sobre el espacio oscuro;
pero la filmación aun permanece como material reservado. LOS SATELITES
MISTERIOSOS La observación de McDivitt
durante el histórico viaje
en el que White "caminó" 20 minutos por el cosmos constituye
sólo un episodio de la extraña historia de las interferencias
especiales. El Pentágono, la NASA y los organismos de seguridad
vinculados a los programas del espacio conocen a fondo el problema que
deben afrontar los ingenios -tripulados o no- que salen de la Tierra. Desde antes del primer
Sputnik era evidente que algo o alguien vigilaba sistemáticamente la
Tierra. Un satélite no identificado, que orbitaba en sentido inverso a
la rotación del planeta, fue visto a principios de 1951 por W.
Marcowitz, científico del Observatorio Naval de los Estados Unidos. Dos
años después, el doctor Lincoln La Paz, de la Universidad de Nueva México,
denunció que dos extraños satélites orbitaban a una altura aproximada
de 400 y 600 millas respectivamente y pesaban alrededor de 15 toneladas
cada uno. Ante lo inusitado del
anuncio, las Fuerzas Armados tomaron de inmediato intervención y el
famoso astrónomo Clyde Tombaugh (el descubridor de Plutón) fue
comisionado para investigar el fenómeno. Poco después Tombaugh confirmó
la versión de La Paz, pero no trascendieron más detalles del caso. Del 14 al 21 de junio de
1959 un enorme objeto de 35 kilómetros de diámetro circunvoló la Luna
a una altura aproximada a los 2.000 kilómetros, cumpliendo cada órbita
en 35 minutos. Transcurridos ocho días, el insólito mensajero del
cosmos dejó de mostrar su sombra sobre los iridiscentes cráteres
lunares y desapareció tan misteriosamente como había llegado. AYUDEN A CAPTARLOS Seis meses después, otros
dos intrusos del espacio de quince toneladas de peso (recuérdese el
caso de 1953) orbitaron en circuitos polares y fueron fotografiados por
la Estación de Rastreo de la Corporación Aeronáutica de Grumman, en
los Estados Unidos. Sin embargo, ese año de
1960 iba a deparar nuevas sorpresas a los investigadores del espacio. En
agosto, el Control Central de Relevamiento del Espacio, situado en
campos del Instituto de Desarrollo e Investigación Aérea, en Bedford,
Massachusetts, ubicó un objeto no identificado en órbita, que fue
observado en diversas oportunidades en forma coincidente con el paso de
los satélites "Eco I" y "Eco II". Este mismo objeto
brillante fue avistado el 24 de agosto de 1960 desde el Observatorio de
Georgetown a las 8.49, poco después del paso del "Eco I". Dos
días más tarde, el doctor Robert Johnson, director del Planetario
Adler, en Chicago, manifestó que el objeto "ERA MAS VELOZ QUE
CUALQUIER SATELITE TERRESTRE Y ORBITABA UNA RUTA INADECUADA",
agregando que lo hacía en sentido inverso al de la rotación de la
Tierra. El 26 de setiembre de 1961,
el Observatorio Smithsoniano, en Cambridge, dio a publicidad una
declaración que en su parte principal decía lo siguiente: LAS
ESTACIONES DE RASTREO DE SATELITES ALREDEDOR DEL MUNDO HAN SIDO LLAMADAS
PARA AYUDAR A CAPTAR UN INSOSPECHADO E IMPREDECIBLE SATELITE BRILLANTE.
EL SATELITE FUE PRIMERAMENTE LOCALIZADO EL 18 DE MAYO, EN JUPITER,
FLORIDA. EL OBSERVATORIO ESTA TRATANDO DE OBTENER OTRAS OBSERVACIONES Y
UNA ORBITA. EL SATELITE ES APROXIMADAMENTE TAN BRILLANTE COMO EL
"ECO I" Y PUEDE SER VISTO TEMPRANO A OJO DESNUDO, BAJO BUENAS
CONDICIONES. LOS INTRUSOS NOS
VIGILAN Desde que dos objetos
misteriosos acompañaron a Yuri Gagarín en la primera órbita alrededor
del mundo, los OVNIS no han dejado de intensificar su vigilancia,
"curiosidad" o interferencia regulada en torno a la actividad
que despliega el hombre en su lucha por la conquista del espacio. El 10 de enero de 1961, un
cohete Polaris, lanzado desde Cabo Kennedy, fue asediado por un OVNI, al
punto de que el radar automático de tierra cubrió al intruso por error
durante 10 minutos, reencontrando al Polaris antes del minuto 14. Algo que luego sería casi
un lugar común en los viajes orbitales ocurrió durante los vuelos de
John Gleen, a bordo de la Mercury VI (20 de Febrero de 1962), y de Scott
Carpenter, en la Mercury VII, iniciado el 24 de mayo de 1962. El primero
avistó numerosos cuerpos luminosos que a la distancia parecían
"luciérnagas" y se tornaban visibles al ir saliendo del cono
de sombra proyectado por la Tierra, y el segundo tuvo la suerte de
fotografiar un fenómeno semejante, obteniendo en una de las tomas la nítida
imagen de un típico "platillo". Sin embargo, tal vez haya
sido la experiencia de Gordon Cooper, a bordo de la Mercury IX, la que
mayor desconcierto produjo en los expertos. Cuando cumplía su cuarta órbita
el control terrestre dejó de transmitir y una rara emisión interfirió
la onda, escuchándose una voz que se expresaba en una lengua
desconocida. Este hecho tuvo al dia siguiente un digno complemento
cuando el mismo Cooper, con acento ligeramente alterado, exclamó: UN
OBJETO QUE EMITE LUZ VERDOSA Y MUESTRA UNA ESPECIE DE COLA ROJIZA AVANZA
EN DIRECCION CONTRARIA A LA CAPSULA. Como en otras oportunidades
el CONI (Cuerpo Orbital No Identificado) se desplazaba de Este a Oeste,
en sentido contrario a la rotación de la Tierra. HACIA UN ENCUENTRO
INEVITABLE Los tripulantes del Vostok
I (1964) vieron "interesantes objetos" y fueron
"sacudidos" por algo semejante tornado terrestre. En su vuelo
del 18 de mayo de 1965, Leonov y Belyayev avistaron un CONI a 800
metros de su nave. En diciembre de 1965, Bormann y Lovell avistaron
un elemento no identificado, al que el primero de los nombrados definió
como "aparición verdadera". También observaron OVNIs los
astronautas Young y Collins (julio de 1966) y Lovell y Aldrin (noviembre
de 1966). La historia alucinante no
termina. Komarok fue "increiblemente agitado" con su cápsula
antes de caer hacia la tierra en busca de su trágico destino. Schirra,
Eisele y Cunningham, en el último viaje del hombre al espacio,
padecieron raros inconvenientes. Desde el "velo fino" que se
adhirió a las ventanillas, impidiéndoles la visibilidad, la extraña música
de origen desconocido que se escuchó por un momento y las dificultades
del sistema eléctrico, los contratiempos fueron particularmente
sospechosos. "NO ESTOY SEGURO QUE CLASE DE FANTASMAS ENCONTRAMOS
AQUI -dijo Cunningham- PERO CONTAMOS CON APARATOS DE ALARMA QUE DEBIERON
HABERNOS INDICADO LO QUE PASABA Y NO NOS SEÑALARON CUAL FUE LA
CAUSA". Nadie puede afirmar qué
ocurrirá cuando el hombre orbite en torno nuestro satélite o descienda
en su mares pedregosos. ¿El encuentro inevitable será allá arriba,
a miles de kilómetros de la Tierra? ¿Acaso en la agrietada y
silenciosa superficie Lunar?. El enigma persiste, pero ya lo
intuimos cercano, en un futuro que nos que nos roza, que ya alcanzamos a
percibir. UNA GÉMINIS Y CUATRO
OVNIS Cuando el 8 de abril de
1964 la NASA lanzó desde Cabo Kennedy la primera Cápsula Géminis con
instrumental sensible como paso previo a los vuelos bitripulados, los
observadores de radar vieron alarmados que cuatro OVNIS, que aparecieron
a una velocidad de 40.000 km por hora, igualaron su marcha con la cápsula
y tomaron posición o su alrededor: dos encima, uno debajo y otro atrás.
En eso ubicación la siguieron durante una órbita completa a la Tierra
(1 hora, 15 minutos) y luego se alejaron vertiginosamente en distintas
direcciones. X-15 Algo sensacional y concreto
hizo público el piloto Joe Walker, que el 10 de mayo de 1962, a bordo
del avión X-15, alcanzara una altura de 83.900 metros. En una
conferencia dictada en la ciudad de Seatle, con la debida autorización
oficial, dijo, entre otras cosas: "LAS CINTAS DE FILMACION
DURANTE MI VUELO MUESTRAN LA EXISTENCIA EN EL ESPACIO DE OBJETOS
VOLADORES NO IDENTIFICADOS. ES LA SEGUNDA VEZ QUE ESTOS OBJETOS SON SEÑALADOS
A TAL ALTURA. SE TRATA DE FORMAS CILINDRICAS O DISCOIDALES, PERO ES
IMPOSIBLE CALCULAR SU TAMAÑO. LA CAMARA QUE SE ENCONTRABA EN EL
FUSELAJE DEL X-15 LOS HA FOTOGRAFIADO PERFECTAMENTE. LA CAMARA SE PUSO
EN MARCHA EN EL MOMENTO EN QUE EL APARATO SE ACERCABA A LOS 80.000
METROS. LOS OBJETOS APARECEN NETAMENTE EN EL FILME, PERO SE ENCUENTRAN A
DEMASIADA DISTANCIA PARA SER DESCRIPTOS CON PRECISION. EN ADELANTE, LOS
PILOTOS TENDRAN LA CONSIGNA FORMAL DE VIGILAR ESOS OBJETOS NO
IDENTIFICADOS". Dos meses después, el 17
de julio, cuando el X-15 piloteado por Bob White batió el récord de
altura (94.947 m.), sus cámaras revelaron la presencia de un misterioso
objeto en el espacio, al que la NASA, luego de minuciosos estudios,
concluyó por considerar inexplicable en su informe del 9 de agosto del
mismo año. LA ODISEA DE LOS
SPUTNIK El 3 de noviembre de 1957,
el Sputnik II, con 508 kg de peso, entró en órbita terrestre llevando
en su interior a la famosa Laika. Mil ochocientos observadores
espaciales distribuidos por toda la URSS controlaban el vuelo. Al cuarto
día, la calculadora comprobó que el satélite había cambiado su órbita,
situándose a 100 kilómetros por arriba de la inicial. Al quinto día,
y a pesar de que la etapa portadora no había sido separada del satélite,
un OVNI apareció precediendo al Sputnik, ante el asombro de los
expertos soviéticos. Al octavo día, los transmisiones radioeléctricas
del aparato fue paralizadas por ALGUIEN, y sólo 20 días después
se reanudaron de manera inexplicable. Este hecho permitió a soviéticos
anunciar que el satélite girando en torno de la Tierra en la órbita
prefijada. La explicación expertos rusos fue sintética y cargada de
interrogantes. ALGO O ALGUIEN DESVIO AL SPUTNIK II DE SU ORBITA; ALGO
O ALGUIEN LO PRECEDIO EN EL ESPACIO Y LUEGO LO SECUESTRO, PARA VOLVERLO
A COLOCAR FINALMENTE EN SU ORBITA ORIGINARIA. Por su parte, el Sputnik
IV, lanzado el 15 de mayo de 1960, con 4.500 Kg. de peso, sufrió extrañas
perturbaciones. Al tercer día descendió, escapando a la órbita
predeterminada. Al quinto día se elevó misteriosamente y recuperó su
distancia media a la Tierra (150 km). Al sexto día fue seguido por
cuatro OVNIS y luego por cinco. Al Octavo día perdió la dirección y
solo 30 días después Moscú pudo anunciar que volvía a girar en su órbita
normal. El 1 de diciembre del mismo
año fué puesto en órbita el Sputnik VI. A pesar de los esfuerzos de
los técnicos, no pudo ser recuperado y desapareció en la negrura del
espacio infinito. ¿Fué capturado con fines de estudio? ¿Gira aún
perdido en el cosmos? ¿Se halla depositado en alguna base lejana (o
cercana) perteneciente a seres extraterrestres? |